Una prematura disputa en California obliga a Biden a laudar en contra de los demócratas de su generación
Una congresista alineada con Warren apura el relevo de una histórica senadora. El Presidente decide: los jóvenes o los dirigentes que llevan décadas en sus cargos.
Apenas dos meses después de las elecciones de medio término, la congresista demócrata progresista Katie Porter, del condado de Orange en California, lanzó su candidatura al senado para sustituir a Dianne Feinstein, quien todavía no ha dicho si se retira del cargo.
Porter es una ex dirigente de los derechos de los consumidores que tiene 49 años y empezó su campaña con cuestionamientos a los intereses de legisladores. Hasta el momento, ha evadido decir directamente que anticipa que Feinstein se retirará por su edad, pero se muestra decidida a pelear por su lugar.
La senadora demócrata Dianne Feinstein, de San Francisco, está en el cargo desde hace más de tres décadas: asumió en 1992 y en junio va a cumplir 90 años. Si en el 2024, a los 91, se postulara nuevamente para la reelección y ganara, tendría el cargo por otros seis años, hasta los 97.
El latino con mayor poder en la historia del Congreso lidera el recambio demócrata hacia 2024
Feinstein llegó al senado junto con Bárbara Boxer, quien se retiró en el 2017. Fue entonces cuando la progresista fiscal general de California, Kamala Harris se lanzó por el puesto que la llevó a ser ahora la vicepresidenta. La banca que dejó vacante Harris es ocupada desde entonces por Alex Padilla, el primer senador latino de California que acaba de ganar su primera elección.
Pero la senadora Feinstein, quien fue durante diez años alcaldesa de San Francisco antes de llegar al senado, no quiere ceder al cambio generacional que impulsa los demócratas y sigue sin confirmar que se retira.
La senadora Feinstein está en el cargo desde hace más de tres décadas y en junio va a cumplir 90 años. Si en el 2024 se postulara nuevamente y ganara, tendría el cargo hasta los 97.
Aunque se muestra decidida a competir, Porter busca la manera de eludir una confrontación directa con la veterana senadora. Con esa intención, la congresista de Orange dijo que intentará reunirse con Feinstein en los próximos días y, en una entrevista televisiva, no escatimó elogios para su rival: la definió como “una pionera” y aseguró que espera “seguir aprendiendo” de ella.
Hasta el momento, la senadora Feinstein ha ignorado a Porter. Solo ha emitido comunicados relacionados con la emergencia y una declaración de desastre mayor en California debido a la serie de tormentas invernales que aw iniciaron el 24 de diciembre y se extendio durante las últimas tres semanas.
La senadora Elizabeth Warren de Massachusetts, también del ala progresista demócrata, se adelantó a respaldar a Katie Porter para el Senado. Ambas son muy cercanas en el congreso y un hijo de Warren trabajó en la campaña de Porter para el congreso.
“Conocí a Katie mucho antes de que ninguno de nosotros imaginara que seríamos funcionarios electos. Ella era una de mis estudiantes de derecho, estudiaba derecho del consumidor. Incluso entonces, mostró un profundo compromiso por marcar una diferencia en la vida de las personas”, dijo la senadora Warren.
No es la primera vez que la experimentada Warren se convierte en madrina de mujeres progresitas de la nueva generación demócrata y tampoco es nuevo que tenga entre sus aliadas a congresistas de California.
Warren viene de unir fuerzas con Sara Jacobs, una californniana de apenas 33 años que acaba de acceder a su segundo mandato.
Porter llegó a la política en 2012 por recomendación de Warren. La entonces fiscal Harris preguntó a Warren, del comité bancario, si conocía a alguien que de manera independiente pudiera asegurar que los grandes bancos pagarían a la gente los $18,000 millones que habían obtenido con abusos crediticios en la crisis hipotecaria de 2007. Warren dijo a Harris que definitivamente promovía a su ex estudiante, la abogada activista del condado de Orange.
Porter se mantuvo firme ante los grandes bancos en Wall Street y esa experiencia le valió para que, de nuevo con el apoyo de la senadora Warren, se postulara para el congreso en el 2018. Ahora la legisladora de Massachusetts vuelve a recomendarla por su agenda progresista.
“Es inteligente y no tiene miedo. Se enfrenta a Wall Street y a las grandes farmacéuticas, responsabiliza a las empresas de combustibles fósiles y lucha para proteger nuestros derechos. Ella es exactamente lo que los californianos necesitan como próxima Senadora, y me enorgullece apoyarla”, dijo Warren.
Katie es inteligente y no tiene miedo. Se enfrenta a Wall Street y a las grandes farmacéuticas, responsabiliza a las empresas de combustibles fósiles y lucha para proteger nuestros derechos. Es exactamente lo que los californianos necesitan.
El mismo día que Porter anunció su candidatura al senado para hacer mancuerna con Alex Padilla y fortalecer la agenda progresista con Warren, comenzó a recibir fondos. Informó que reunió 1.3 millones de dólares en menos de 24 horas, lo que a su consideración es muestra de que cuenta con simpatías electorales para el senado.
Pero desde que anunció que se postulaba, ahora ya han saltado otros demócratas progresistas de California que, aun sin decirlo oficialmente, han mencionado que se interesan en aspirar al senado, si la senadora Feinstein deja el cargo en 2024. En la lista figuran Barbara Lee, Adam Schiff y quien se perfila como el seguidor más destacado de Bernie Sanders, Ro Khanna.
La disputa implica un nuevo desafío para el presidente Biden. Cuestionado por ser un presidente de más avanzada edad que parece encaminado a pelear por la reelección en 2023 con nada menos que 82 año, Biden inició el año con un intento de enviar claras señales a favor del recambio generacional.
La salida de Nancy Pelosi, después de dos décadas como figura central de los democratas en el Congreso, abrió paso a la llegada de nuevos dirigentes. Subida a la ola que pareció avizorar o en busca de profundizar una tendencia incipiente, la congresista Porter lanzó su candidatura y puso en aprietos a Biden. El presidente puede hacerse el distraido o pronunciarse a favor de los jóvenes de su partido. La paradoja es que, tal vez, apostar por las nuevas generaciones sea una manera elegante de justificar el intento de prolongar su estadia en el poder.