Análisis: ¿El comportamiento en los bonos del tesoro apoyan el optimismo económico de la 4T?
La curva de rendimiento revela que los inversionistas aún no incorporan del todo un escenario recesivo, pero hay cautela. La lectura desde Palacio.
En medio de un reñido debate sobre una posible recesión en Estados Unidos y México este año en Palacio Nacional se mantiene el optimismo. Hasta los últimos días del 2022 se apoyaba en una lectura menos pesimista por parte del mercado, pero por estas horas un cambio en el diferencial en los bonos del tesoro podría encender nuevas alertas.
En el consenso de los economistas toma fuerza la idea de un escenario recesivo. Uno de los más pesimistas es Bank of America, que ha planteado una caída de hasta 0.5% en la economía mexicana este año debido a una recesión en Estados Unidos que se materializaría hacia la segunda mitad del año. Citibanamex, por su parte, considera que se tratará de una recesión breve.
Otras instituciones, como el FMI, afirman que esta será una realidad para un tercio del mundo, en especial Europa, pero no así para la economía estadounidense, visión con la que coinciden los encargados de las fianzas públicas e el país, lo que les hace descartar una recesión en México.
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“No tenemos problemas y va a ser muy buen año en lo económico y social”, dijo esta mañana de martes López Obrador, en su conferencia en Palacio Nacional, al ser cuestionado sobre el riesgo que correrían los ingresos en caso de una caída económica, lo cual desechó al asegurar que, sin corrupción, era posible tener una mejor recaudación.
Ese riesgo tampoco aparece en el discurso del secretario de Hacienda y Crédito Público. En su espacio editorial en El Financiero, Enrique Quintana relató un diálogo con Rogelio Ramírez de la O, quien compartió que no ve señales de recesión en EU debido a sus indicadores económicos, por ejemplo, la dinámica del mercado laboral, en donde la tasa de desempleo sigue muy baja.
Otro factor clave que observa el secretario de Hacienda es el comportamiento de los bonos del tesoro y del mercado accionario en Estados Unidos, en donde prevalece el optimismo, pues su rendimiento no indica el mismo pesimismo que los economistas en torno al panorama económico de ese país.
Lo que Ramírez de la O ha tenido en el radar es la curva de rendimiento y el diferencial entre los bonos de diez y dos años. Consultado sobre este tema, el analista Iván Arias, de Citibanamex, explicó que esa “curva bastante invertida” indicaría que los mercados se mantienen más optimistas. Sin embargo, también resaltó que este indicador se ha ido modificando a lo largo del arranque de este año. “Está siendo más negativo de lo que era al inicio del año, lo que tampoco es ya tan optimista”, alertó.
Desde su lectura, el que los inversionistas no estén asumiendo aún un escenario recesivo se explica en la confianza en que a la medida de que la inflación vaya cediendo será suficiente para que la Fed desista de seguir una política monetaria recesiva.
Para Citibanamex la expectativa es diferente: consideran que las señales de desaceleración inflacionaria aún son “incipientes”, además de que, ante las críticas que ha recibido el banco central de EU por responder con lentitud ante la inflación, será necesario seguir aumentando la tasa de interés.
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“Yo creo que es justo una de las preocupaciones de la Fed el que los mercados están muy optimistas en términos de la deceleración que se requiere para bajar la inflación y que eso implique el que ellos los vean como complacientes ante la inflación”, señaló el analista.
Para los especialistas el tema de las tasas de interés tan altas es uno de los factores principales para anticipar una recesión, o, en su caso, una desaceleración en la economía, que en México se presentaría por menores exportaciones y también por una menor entrada de remesas, que se ha vuelto un factor clave en los últimos años para la economía mexicana, pasando del 2.5% del PIB al 4%. La expectativa es que, si bien seguirán creciendo este año, será en menor medida que en el 2022.