Córdova le recomienda a Marko y Alito que la defensa de la democracia sea la nueva bandera opositora
Lecciones de las campañas en Estados Unidos. Contactos de altura. El fantasma de la reelección.
Lorenzo Córdova ha tomado nota de las elecciones en Estado Unidos del pasado martes. El titular del INE cree que ese proceso fue anticíclico y que encierra lecciones para el ensamble opositor anti 4T. La fundamental: el PAN y el PRI están fracasando en discutir con el Gobierno la economía, el gasto social y la política de seguridad, en lugar de eso, deben poner a la democracia en el centro de la escena y confrontar con Andrés Manuel López Obrador que vendría a representar el autoritarismo.
Según este paralelismo, Joe Biden resistió el avance republicano sobre el Congreso gracias a esa dicotomía: a pesar del mal desempeño económico, una guerra en Europa cada vez más rechazada en la base de la sociedad y una crisis fronteriza, los demócratas pudieron retener la gobernabilidad del país vecino gracias a que instalaron que los republicanos son un riesgo para la democracia.
Córdova cree que tanto Marko Cortés como Alejandro Moreno Cárdenas deben replicar este sendero. Para esto es elemental critalizar el mensaje de que detrás de la reforma electoral que propone López Obrador no hay una mayor austeridad ni un gasto más inteligente sino un deseo latente de perpetuidad de Morena, que encaja muy bien con el debate anterior de la militarización del país.
Se trata de sembrar la idea de que López Obrador pudiera comenzar a coquetear con su reelección. Especialmente si sus precandidatos no despuntan en las encuestas o bien, ante la presunta frustración de que el sexenio se agota sin que las obras estructurales tengan efecto: un aeropuerto en Santa Lucía con casi nulo uso, una refinería de Dos Bocas que no refina y un Tren Maya empantanado en los tribunales.
Siguiendo el manual de los demócratas, el mandamás del INE cree que se debe señalar que hay altas posibilidades de que López Obrador no entregue el poder en 2024 si su partido perdiera la presidencia por un margen escueto. Un drama similar al de Brasil, que finalmente no es tal.
Córdova ha refrendado esta estrategia con sus contactos en el exterior y con el agregado de que la reforma electoral, combinada con el avance del crimen organizado va a instalar las bases de una democracia cada vez más financiada por el narcotráfico.
Argumentos que van acompañados del señalamiento de otros hechos, como el plan del Gobierno de tener su empresa estatal de recepción de remesas (sistema muy cuestionado desde organismos anti-lavado) o la gran fijación que hay en Palacio Nacional con el proceso de venta de CitiBanamex.