Rumbo a 2024: Morena BC sin Bonilla y sin liderazgos fuertes, pero con poca confianza en Marina
Montserrat Caballero y Ruiz Uribe en guerra. Las alcaldías, manzanas de la discordia. Blásquez con el PT y Fernández Noroña para la presidencia.
Morena en Baja California se enfrenta a una pregunta existencial que, de acuerdo con miembros del partido, podría presentarse en otros estados en Año Nuevo. ¿Puede el partido sobrevivir sin sus líderes originales y crear nuevos? Diezmados o divididos los fundadores, ¿podrán tomar la batuta liderazgos emergentes cuya presencia y autoridad es marginada?
En el estado, Jaime Bonilla ha decidido separarse del partido tras la purga que hicieron durante el proceso de elección de consejeros del partido y los constantes embates de la administración encabezada por Marina del Pilar a sus aliados, como la denuncia por el “leonino contrato” con la empresa Next Energy para la construcción de una planta fotovoltaica.
Se habla también de que la Fiscalía General del Estado (FGE) prepara otras dos denuncias que irían por integrantes mediáticos de la tribu bonillista, entre los que destacan dos exsecretarios de la administración pasada, que actualmente trabajan para Primer Sistema de Noticias (PSN), el grupo mediático de Jaime Bonilla.
El plan del exgobernador por ahora -según fuentes dentro de Morena- sería migrar a sus seguidores al Partido del Trabajo (PT) y desde ahí fondear la campaña presidencial de Gerardo Fernández Noroña, a quien los bonillistas aprueban, en parte por sentirse traicionados por su partido y en parte por el intercambio de insultos que tuvo en 2016 con Carlos Torres Torres, ex panista y esposo de Marina del Pilar.
Dicha operación por el momento está en pausa, luego de que el presidente pidiera que Fernández Noroña sea incluido en el proceso de la 4T. Pero eso no ha detenido a Bonilla, quien recientemente se reunió con Beto Anaya, dirigente nacional petista, para discutir -ente otros temas- la posibilidad de esta alianza de cara al 2024.
Sin Bonilla en Baja California, e incluso sin sus simpatizantes en Morena, el futuro del partido ahora está en manos de diversos individuos. Por un lado, Ismael Burgueño, quien está acostumbrado a no tener buenas relaciones con quien encabeza el gobierno estatal (sea o no del partido). Por el otro, está la propia Marina del Pilar, autora del plan para depurar al bonillismo.
El liderazgo de Marina en Morena
Sin embargo, fuentes confirman la incertidumbre que reina en Morena y las dudas sobre el liderazgo de Marina en el partido. Sus recientes decisiones de aumentar el costo del agua y los rumores de un cambio de placas para todos los automóviles del estado, fueron dos propuestas muy criticadas por los propios morenistas cuando aún no tomaban el control del estado y que se perciben como muy relacionadas con el panismo del estado.
Igualmente, sin un apoyo generalizado se ha recibido la decisión de Marina de respaldar a Claudia Sheinbaum en su aspiración presidencial. Hay quienes consideran que es muy temprano para que la gobernadora ponga “todas las canicas en una sola bolsa”, porque en caso de que sean Marcelo Ebrard, Adán Augusto López o alguien más el candidato o candidata y eventual ganador de la presidencia, podría significar tres difíciles años para el estado.
Dicho sea de paso, Marina tiene un problema muy parecido a Jaime Bonilla. Morena no tiene figuras fuertes de cara al 2024, donde en el estado se elegirán alcaldes, senadores y diputados locales y federales. Ahí es donde el más notorio de los dilemas al interior del partido en el estado tiene su génesis: ¿quién decidirá las candidaturas a las seis alcaldías del estado?
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¿Y quién competirá en la última elección en que Morena contará con la figura de Andrés Manuel López Obrador? En Tijuana, aún hay dudas sobre si Montserrat Caballero buscará reelegirse como alcaldesa o si espera competir por la senaduría que dejará Jaime Bonilla, con quien tiene una buena relación aunque hace meses que parece dirigir a su propia tribu morenista.
Montserrat Caballero VS Alejandro Ruiz Uribe
En caso de que Montse busque la senaduría, hay varios que están interesados en pelear por Tijuana. Uno de ellos es Alejandro Ruiz Uribe, delegado de programas federales en el estado y quien en tiempos recientes ha tenido enfrentamientos públicos con la alcaldesa, quien acusó al Gobierno Federal de ser omiso en el tema de los migrantes venezolanos.
También, la alcaldesa de Tijuana se quejó amargamente por la seguridad en la canalización del Río Tijuana, lo cual tuvo una respuesta de Ruiz Uribe quien contestó que muchos alcaldes son ingratos con el presidente López Obrador, responsable de la creación de la Guardia Nacional que hoy subsana los errores de las policías municipales y, para colmo, la alcaldesa no pidió suministros necesarios para el albergue de los migrantes.
Otro tirador que apunta al Palacio del Ayuntamiento de Tijuana es precisamente uno de los artífices de la migración del bonillismo al PT: Marco Antonio Blásquez. El diputado local de Morena también sueña con la presidencia municipal, desde tiempo atrás.
El plan de Blásquez para sorpresa de nadie se ha montado sobre los escándalos mediáticos. Por ello, para ganar el trono en Tijuana le ha parecido suficiente conducir un programa de televisión y radio en PSN, más algunos desplantes a la administración estatal (como el que ocurrió este jueves cuando trató de forcejear con trabajadores del Congreso para dejar entrar a sus seguidores al recinto.