Exclusivo: en el gabinete de López Obrador creen que sigue fuerte la pelea entre Salazar y Blinken
Gestos y distanciamientos en la trastienda de la Cumbre que transcurre en Palacio Nacional. El rumor sobre la Suprema Corte.
Ayer lunes en Palacio nacional tuvo lugar una escena corta, pero contundente y que no pasó desapercibida para los funcionarios mexicanos que participan de la Cumbre de América del Norte. El embajador estadounidense Ken Salazar se acercó a saludar de modo muy efusivo al secretario de Estado Anthony Blinken -casi de modo sobreactuado-, y este último optó por saludarlo de modo distante. Cuando Salazar quiso conversar, Blinken se trasladó al otro extremo del salón donde permaneció solo, en silencio y observando su teléfono.
Según pudo conocer esta redacción, lo sucedido fue muy notorio y solo paso desapercibido para Alfonso Romo que estaba inmerso en una conversación con John Kerry y para Jesús Ramírez que no entiende el idioma inglés.
De este modo, lo que se susurra desde el año pasado, referido a la tensión entre Blinken y el embajador emergió en Palacio Nacional. Meses atrás Blinken quería remover a Salazar por considerarlo demasiado cercano a Andrés Manuel López Obrador. El dato luego fue confirmado por The New York Times, medio donde Blinken tiene acceso a través del accionariado del mismo.
El embajador ha tomado nota y además de reducir fuertemente sus incursiones públicas a Palacio Nacional, también ha adoptado un perfil más neutro, ya no tan efusivo con la 4T. Por cierto: en Palacio Nacional deslizan que Salazar operó en favor de la presidencia de Norma Piña en la Corte Suprema, lo cual fue una derrota para el Gobierno.
Salazar resiste en el cargo porque tiene una relación personal con Joe Biden y por su gran talento como recaudador de fondos en un estado que se ha vuelto importante para las campañas demócratas como es Colorado.