En un mano a mano cargado de tensión, Abbott culpó a Biden por ir dos años tarde a ver el “caos” que generó en la frontera
El presidente estuvo cuatro horas en la localidad que limita con Ciudad Juarez. El gobernador lo recibió en el aerpuerto y le entregó en mano una carta durísima.
La cumbre de Líderes de América del Norte en México le permitió a Joe Biden encontrar una excusa para visitar la frontera por primera vez en dos años, justo cuando la presión migratoria vuelve a incrementarse y los cuestionamientos a su administración llegan desde veredas enfrentadas.
Biden visitó este domingo la localidad de El Paso y se encontró allí por primera vez con uno de sus críticos más implacables, el gobernador de Texas Greg Abbott. El mandatario republicano que acaba de iniciar su tercer mandato consecutivo y tiene altos niveles de popularidad lleva meses cuestionando a los demócratas de manera furiosa por lo que considera una “invasión” de migrantes que cruzan en forma permanente las fronteras del Estado que le toca gobernar.
Dos años después de haber asumido, el gobierno de Biden no logró hasta ahora imponer un criterio propio y su política migratoria tuvo mucho de continuidad en relación a la que había diseñado Donald Trump. El contexto está tomado por la urgencia: desde Centroamerica y México proviene la migración más importante a los EE. UU. desde la Segunda Guerra Mundial.
Abbott recibió a Biden apenas aterrizó en el aeropuerto de El Paso, la localidad texana que limita con la mexicana Ciudad Juárez y que gobierna el demócrata Oscar Lesser. Al pie del avión presidencial Air Force One, el gobernador republicano le entregó una carta al presidente en la que no se guardaba sus críticas habituales y le reclamaba que “haga su trabajo” y haga cumplir las leyes federales en materia migratoria para darle seguridad a la frontera.
Según dijeron desde la gobernación, Abbott no fue invitado a asistir al resto de la gira del presidente por El Paso.
“Su visita a nuestra frontera Sur con México hoy con 20 mil millones de dólares es demasiado poco y llega dos años tarde”, afirmó. “Además, su visita evita los sitios donde ocurre la inmigración ilegal masiva y esquiva a los miles de dueños de propiedades de Texas enojados cuyas vidas han sido destruidas por sus políticas fronterizas”.
Entre la lista de fuertes reclamos que el republicano le hizo al demócrata, figuraban poner fin a la práctica de la libertad condicional para inmigrantes en masa, hacer cumplir plenamente el Título 42 y el programa “Permanecer en México”, reanudar la construcción del muro fronterizo que separa Texas de México y designar a los cárteles mexicanos de la droga como organizaciones terroristas.
“El presidente que causó el caos en la frontera tenía que estar aquí (…) Necesita intensificar y tomar medidas rápidas, incluido el reembolso al estado de Texas por el dinero que hemos gastado (en iniciativas estatales de seguridad fronteriza)”, dijo Abbott en una sesión de preguntas y respuestas improvisada.
El texto de la carta que también difundió ante los medios sostenía la misma idea. “Este caos es el resultado directo de su fracaso en hacer cumplir las leyes de inmigración que promulgó el Congreso”, dice la carta. “Sus políticas de fronteras abiertas han envalentonado a los cárteles, que se enriquecen traficando con fentanilo letal e incluso con seres humanos. Los texanos están pagando un precio especialmente alto por su fracaso, a veces con sus propias vidas, como le dirán los líderes locales de su propio partido, si se les da la oportunidad. En nombre de todos los estadounidenses, les imploro: aseguren nuestra frontera haciendo cumplir las leyes de inmigración del Congreso”, decía. Todo lo contrario le reclaman a Biden desde su propio partido las organizaciones que trabajan junto a los migrantes.
Aunque los dos guardaron las formas diplomáticas que corresponden a un gobernador y a un presidente, la tensión en el aeropuerto de El Paso era indisimulable. Las cámaras captaron el momento en el que Abbott entregó la carta que Biden pareció leer antes de doblarla y ofrecerle al gobernador un apretón de manos final. Cuando los reporteros le preguntaron si había leído el documento, Biden contestó: “No la he leído todavía”.
Las sugerencias de Abbott son prioridades republicanas de larga data, incluido el enjuiciamiento agresivo de los cruces ilegales entre los puertos de entrada. Ese enfoque fue probado y abandonado por el presidente Trump después de que resultó en la separación de miles de familias.
Aunque los dos guardaron las formas diplomáticas que corresponden a un gobernador y a un presidente, la tensión en el aeropuerto de El Paso era indisimulable.
Abbott también habló durante varios minutos cerca del Air Force One con la representante Verónica Escobar, demócrata de El Paso, quien voló con Biden y es una de las críticas de la gestión de Abbott.
“Le dije que los preciados recursos de los texanos podrían usarse mejor y que Texas también podría optar por tratar a los migrantes con dignidad. Dijo que los migrantes deben ir a los puertos. Respondí que los federales actualmente no lo permiten debido al Título 42 y que el presidente Biden lo está cambiando. Le dije que si quería ayudar, necesitaba convencer a los republicanos del Congreso para que amplíen las vías legales. Dijo que ir entre puertos es ilegal y le recordé que buscar asilo es legal”, dijo Escobar a El Paso Matters.
Según dijeron desde la gobernación, Abbott no fue invitado a asistir al resto de la gira del presidente por El Paso. Biden estuvo cuatro horas en el lugar y caminó lentamente por una parte del muro fronterizo que tiene unos 18 pies de altura. Escoltado por el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, y el representante demócrata de Texas, Henry Cuéllar, Biden conversó con miembros de la Patrulla Fronteriza y habló con agentes en el límite del muro fronterizo. Más tarde se detuvo en el Centro de Servicios para Migrantes del Condado de El Paso, que recibe a las personas que han sido liberadas de la Patrulla Fronteriza y las ayuda a encontrar transporte y otros servicios necesarios.
El mes pasado, el alcalde de El Paso, Oscar Leeser, declaró el estado de emergencia debido a una crisis migratoria que ha dejado a decenas de personas durmiendo en las calles y ha puesto a prueba las operaciones de los albergues en un año que registró récord de arrestos de inmigrantes en la frontera.
La situación era atípica porque Biden caminó lejos de los migrantes que cada día intentan ingresar a Estados Unidos desde México. “Necesitan muchos recursos. Vamos a conseguirlo para ellos”, dijo Biden a los periodistas cuando se le preguntó qué había aprendido en la frontera.