Análisis: ¿El aumento al salario mínimo puede complicar a Banxico contener la inflación?
El banco central apunta a regresar al 3% en 2024, pero alertan los efectos que puede tener esta política. La lectura desde el mercado.
No es reciente la discusión, pero en el último año el debate en torno a los impactos que los aumentos salariales pueden traer a la inflación se ha endurecido. Sin embargo, ¿qué tanto se han materializado los temores de quienes afirman que esta decisión gubernamental tendrá más impactos negativos qué positivos
Durante gobierno de López Obrador se han logrado ya cuatro acuerdos para incrementar el salario mínimo: el primero, en 2019, fue de 16.2%; en 2020 de 20%; en 2021 en 15%; y el anunciado esta semana otra vez en 20%, lo que significa que se pasa de un nivel de 88 a 173 pesos diarios.
Se trata de una decisión que favorecerá a 6.4 millones de trabajadores, de acuerdo con la Secretaría de Trabajo, pero no todos reciben la noticia con optimismo, pues este tema siempre abre un debate, uno de ellos, sobre los impactos que puede tener en materia inflacionaria.
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Desde Banxico no ha sido nueva la preocupación de que los temas salariales puedan repercutir en el Índice de Precios al Consumidor. López Obrador se queja de que es una perspectiva “neoliberal”, pero sus funcionarios actuales no han cambiado de opinión y más en un escenario donde la tasa inflacionaria ha registrado los niveles más altos en los últimos años. Así, en sus últimas reuniones, el tema suele surgir como uno de los factores de riesgo al alza.
Sin embargo, hasta el momento y con ya tres aumentos consolidados al salario mínimo (sin contar el que recién se aprobó y entrará en vigor hasta enero), los expertos señalan que hasta el momento no hay evidencia de que estos temores se hayan materializado.
Uno de los factores de que, hasta el momento, las alzas salariales no hayan repercutido en la inflación es precisamente el rezago en materia salarial en el país, explica en diálogo Jorge Gordillo, director de análisis de CIBanco. Así, los incrementos que este tipo no han generado ninguna presión para la inflación.
Sin embargo, resalta que el escenario ahora es diferente: no solo porque se trata ya de cuatro aumentos sostenidos, sino porque ocurre en el periodo de mayor inflación en 20 años, con una tasa anual que supera el 8% y en donde las posibilidades de que Banco de México logre volver al 3% al cierre de 2024, siguen puestas en duda por el mercado. En ese sentido, Gordillo señala que no es el mejor “timing”.
“La política de reacomodar los salarios mínimos en esta administración no ha traído los miedos que se han dicho por muchos años, no se ha visto tan golpeado el sector de trabajo como se temía, el problema es los momentos: se vienen años complicados para la inflación”, expuso.
Desde su perspectiva, los esfuerzos deberían estar completamente centrados en contener la inflación y después reactivar esta estrategia. “No es que necesariamente ya se vaya a generar más inflación, pero es un momento en donde necesitamos todas las herramientas posibles, porque sino, estos aumentos se diluyen”, dijo.
De hecho, uno de los puntos medulares en la discusión sobre el salario mínimo en la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami), el de la problemática de la inflación, pero se consideró que un nuevo aumento de 20% aun no pone en riesgo al indicador de mayores presiones.
Lo cierto es que parece haber consenso en cuanto a que debido a la alta inflación, los aumentos salariales han terminado por quedar muy por debajo de su potencial para incrementar el poder adquisitivo de la población objetivo. Otro temor es el incremento a los costos laborales.
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En ese sentido, Iván Arias, analista de Citibanamex señaló que si bien son bienvenidos estos aumentos,” hace falta una política que, por otro lado, ataque el rezago que existe en materia de productividad en el país.
Pero vale también resaltar que en esta discusión expertos también enfatizan en que la medida no es vinculante, por lo que no necesariamente todas las personas trabajadoras proyectadas resultarán beneficiadas.
Y revisando las perspectivas en el mercado, el anuncio no ha movido las proyecciones de que la inflación va a descender al próximo año, rondando el 5%, en parte, aunque las presiones se mantienen al alza y con el foco en las decisiones que seguirá tomando Banxico en adelante.