Inflación en México no baja.
La inflación en México no baja, si continua con el ritmo actual, se alcanzarían niveles no vistos en los últimos 21 años. La última vez con estos niveles fue en el año 2000, cuando la variación rondaba el 8.5%. Los datos fueron publicados por el Instituto nacional de estadística y Geografía INEGI. Los datos también se pueden consultar en el Banco de México.
El fondo monetario internacional, en su informe de “Panorama económico para el hemisferio occidental” Señalo que la situación de México no es exclusiva. Los países dentro de la región latinoamericana específicamente los 5 países con economías más grandes, están “transitando ya por una contaminación de precios que va mucho más allá de los alimentos y energéticos”. Países como Brasil, Chile, Colombia, Perú y México son de los más afectados, en palabras del FMI “en estos cinco países, la inflación de alimentos y combustibles se ha ampliado afectando a las cestas de consumo”. Todos los países mencionados habían tenido niveles controlados de inflación en los últimos años. Los datos actuales representan retos a los gobiernos que no se habían visto en años.
Los principales productos afectados son frutas y verduras, con énfasis en jitomate que tiene variaciones en pocos días o la cebolla. Productos de maíz como la tortilla también presentan un alza. El presidente López Obrador afirmo que espera colaborar con directivos de Minsa y Maseca para frenar el alza de precios, estas empresas son las dos principales que tiene el mercado.
La inflación en México no baja significativamente mientras la deuda continúa aumentando.
El fondo monetario internacional también señala que en el año 2023 se espera que la deuda supere el 50% del PIB. El FMI destaca que la deuda podría continuar hasta un tope de 52.2 % para el año 2027.
Hubo un leve descenso en la inflación durante el mes de septiembre, pero es bien sabido que esto no necesariamente disminuye el precio de los productos básicos.
Mientras tanto la población más afectada son los pobres, que ven mermados sus ahorros, ingresos y poder adquisitivo. Los precios de la canasta básica siguen aumentando a pesar de los esfuerzos del gobierno federal por “detener” la inflación en productos que se consideran esenciales.