
GM y Ford advierten a Trump: trasladar producción de México a EE.UU. tomaría siete años
El sector automotriz presiona contra aranceles y advierte sobre impactos económicos
Ante la nueva política arancelaria de Donald Trump, las principales automotrices con producción en México han intensificado su presión en Washington, argumentando que relocalizar su manufactura en Estados Unidos tomaría al menos siete años y generaría más costos que beneficios.
El desafío de trasladar la producción
Fuentes del sector han informado que las automotrices han comunicado a la Casa Blanca que el proceso de traslado implica:
- 2 años para reubicar líneas de ensamblaje.
- 5 años para construir nuevas plantas de producción.
Esto significa que, incluso si Trump lograra un segundo mandato, los resultados de su política no serían visibles durante su administración ni en caso de que su sucesor fuera JD Vance, uno de sus principales aliados.
La incertidumbre en la administración Trump
La industria también ve con preocupación la falta de experiencia del secretario de Comercio, Howard Lutnick, y la limitada influencia del representante comercial, Jamieson Greer, en la toma de decisiones. En respuesta, los fabricantes han iniciado conversaciones con senadores y congresistas republicanos para defender su postura.
Los riesgos para EE.UU.: costos y seguridad
Las automotrices han enfatizado que los aranceles no compensarán el impacto económico de la medida:
- Mayores costos para los consumidores estadounidenses, ya que los autos serán más caros.
- Colapso en las aduanas, debido a la complejidad de revisar el origen de cada autoparte en un sector fuertemente integrado entre México, Canadá y EE.UU..
Canadá responde con aranceles y México busca negociación
Mientras México apuesta por una negociación con Claudia Sheinbaum a la espera de una respuesta integral el 3 de abril, Canadá ha tomado una postura más agresiva, imponiendo aranceles a EE.UU. y declarando el fin de su histórica relación comercial con su vecino del sur.
El nuevo Primer Ministro canadiense, Mark Carney, expresó su desconfianza en la administración Trump, siguiendo una estrategia similar a la de Justin Trudeau en sus últimos días en el poder.