
Por caída en remanentes, el mercado prevé nuevos recortes presupuestarios en áreas estratégicas
Recortes al presupuesto se perfilan ante remanentes limitados y bajo crecimiento económico
Las finanzas públicas enfrentan crecientes presiones luego de que el Banco de México reportara un remanente significativamente menor al esperado, lo que complica las metas de déficit del gobierno y anticipa recortes en sectores clave como salud, educación y bienestar.
Aunque el secretario de Hacienda, Edgar Amador, aseguró que las proyecciones presupuestarias no se basan en estos recursos extraordinarios, los analistas del mercado coincidieron en que una entrada de hasta 170 mil millones de pesos habría representado un importante respiro fiscal, facilitando el cumplimiento de una meta de déficit del 4.5% para el cierre del año. Sin embargo, el monto final fue de apenas 18 mil millones de pesos, cifra que incluso sorprendió a la presidenta Claudia Sheinbaum, quien admitió haber esperado más.
Especialistas consultados advierten que el bajo monto “es poco significativo para impactar positivamente en las cuentas públicas”, lo que eleva el riesgo fiscal y obliga a ajustar el gasto en un contexto de desaceleración económica.
Un estudio del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) alertó que el gobierno no podrá cumplir su promesa de evitar el endeudamiento. De acuerdo con el documento de Criterios Generales 2025, el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP) se proyecta en casi 25 billones de pesos al cierre del sexenio, lo que implicaría un aumento de 7.5 billones de pesos en la deuda. “Este resultado contradice el discurso oficial de que el gobierno no se endeuda”, concluyó el CEESP.
El panorama económico tampoco ayuda. Si bien el PIB evitó la recesión técnica con un crecimiento marginal de 0.2% en el primer trimestre, las perspectivas siguen a la baja. La volatilidad por factores externos, como la política comercial de Donald Trump, y la incertidumbre interna, limitan las posibilidades de una recuperación sólida, lo que pone en riesgo los ingresos fiscales y refuerza la necesidad de nuevos recortes presupuestarios.
Según el último informe de finanzas públicas, aunque los ingresos totales crecieron 11% anual en el primer trimestre, se estima que este ritmo no se mantendrá debido al entorno adverso. En contraste, el gasto público se contrajo 5.9%, en línea con el discurso de austeridad del gobierno, aunque con consecuencias negativas para áreas prioritarias.
Los datos muestran recortes preocupantes: el gasto en educación cayó 34.7% anual, en salud 13.8% y en programas de bienestar 26.8%, afectando directamente a millones de familias.
El gobierno también enfrenta compromisos financieros relevantes, especialmente en salud y con proveedores de Pemex, cuya deuda apenas logró un avance del 20% en lo que va del año, lo que complica las operaciones de la petrolera.
El reto fiscal será seguido de cerca por las agencias calificadoras, especialmente ante el déficit más alto en tres décadas registrado al final del sexenio de Andrés Manuel López Obrador. Otro factor crítico es la situación financiera de Pemex, que además de su deuda comercial, tiene vencimientos en bonos por 18.7 mil millones de dólares hacia 2026.