
Cardenales mexicanos Aguiar y Robles participarán en el cónclave que elegirá al sucesor del papa Francisco
Los cardenales mexicanos Carlos Aguiar Retes y Francisco Robles Ortega participarán en el próximo cónclave que elegirá al nuevo pontífice tras la muerte del papa Francisco, ocurrida este lunes a los 88 años. Ambos forman parte del grupo de 135 cardenales electores, el 80% de los cuales fueron nombrados por el propio Francisco durante su pontificado.
Este será el cónclave más numeroso de la historia reciente, superando el límite de 120 electores establecido por las normas canónicas. Aunque no hay garantía de continuidad en la línea reformista de Francisco, la composición del colegio cardenalicio refleja una Iglesia más representativa a nivel global, con cardenales de países como Mongolia, Lesoto, Albania, Timor Oriental, Tonga, Irán y Argelia.
Actualmente, Europa mantiene la mayoría con 55 cardenales electores, pero su peso ha disminuido frente al ascenso de Asia (25) y África (18). América Latina contará con 24 representantes, entre ellos, además de los mexicanos, el cubano Juan de la Caridad García Rodríguez, el guatemalteco Alvaro Ramazzini Imeri, y el nicaragüense Leopoldo Brenes.
Desde Argentina, país natal de Francisco, participarán cuatro cardenales: Víctor Manuel “Tucho” Fernández, Ángel Sixto Rossi, Vicente Bokalic y Mario Poli. Brasil contará con siete representantes: João Braz de Aviz, Pedro Scherer, Orani João Tempesta, Leonardo Steiner, Sérgio da Rocha, Jaime Spengler y Paulo Cezar Costa.
También estarán presentes el chileno Fernando Natalio Chomalí, el ecuatoriano Luis Fernando Cabrera, el paraguayo Adalberto Martínez Flores, el peruano Carlos Castillo, y el uruguayo Daniel Sturla. El español Celestino Aos quedó fuera del cónclave tras cumplir 80 años el 6 de abril, edad límite para votar.
España, con 13 cardenales en total, contará con cinco electores: Juan José Omella, Carlos Osoro, José Cobo, Ángel Fernández Artime y Antonio Cañizares.
Con esta composición, el legado de Francisco se refleja en un colegio cardenalicio diverso y global, con una presencia creciente de voces provenientes de regiones antes poco representadas en las decisiones del Vaticano.