
Mis sexenios. “La candidatura de Humberto Moreira para alcalde de Saltillo”.
José Guadalupe Robledo Guerrero.
A mitad de 2002, meses antes de la elección del presidente municipal de Saltillo, la candidatura de Humberto Moreira, entonces Secretario de Educación Pública, estaba definida antes de que el PRI lo “destapara”.
Era claro que los López del Bosque estaban en contra de que Humberto Moreira se convirtiera en Alcalde de Saltillo, pero ya nadie podía detenerlo, porque Humberto había construido una estructura electorera, y si el PRI no lo hacía su candidato, HMV lanzaría su candidatura por el PRD, y ganaría. Esa era la amenaza humbertista.
Incluso los humbertistas aseguraban que la estructura electoral de Humberto Moreira había llevado a la gubernatura a Enrique Martínez. Por tal razón, cuando EMM fue gobernador lo premió, nombrándolo secretario de Educación Pública y le dio manos libres para que avanzara en su carrera política, utilizando el presupuesto de la SEP como quisiera.

Humberto Moreira Valdéz
Enrique Martínez permitió que Humberto se la pasara en campaña. EMM tenía dos operadores estrellas, Humberto Moreira en Saltillo y Raúl Sifuentes en Torreón. Esto permitió que EMM llegara a su Tercer Informe de Gobierno con todos los hilos del poder en sus manos.
Ante la ventaja de Humberto Moreira, los López del Bosque terminaron por callarse, pero siguieron conspirando desde las catacumbas, mientras conseguían privilegios en el ayuntamiento saltillense de Óscar Pimentel.
Por su parte, Humberto Moreira ya tenía su ruta crítica hacia la gubernatura, y en esta ruta estaba incluida la Alcaldía saltillense, como escalón para arribar a “la grande”.
Para su Tercer Informe de Gobierno, en el escenario estatal, Enrique Martínez no tenía adversarios políticos, el que tenía -Rogelio Montemayor- se encontraba perseguido por la justicia federal por un millonario desvío en Pemex.
Finalmente, Humberto Moreira fue el candidato del PRI, y como el PAN no tenía contendiente de peso, optaron por lanzar un bulto, Tomasa Vives de García Narro.
Para entonces Montemayor ya se había entregado a la justicia norteamericana, pues según él, era un perseguido del gobierno de Fox. Montemayor fue acusado de peculado, uso indebido de atribuciones y peculado electoral, principalmente por el desvío de recursos públicos en favor de la campaña electoral de Francisco Labastida, candidato del PRI a la Presidencia de México, en lo que fue conocido como Pemexgate.

Rogelio Montemayor Seguy
El desvío lo realizó Montemayor cuando era director de Pemex. Según la prensa, el desvío de recursos fue por alrededor de 2,500 millones de pesos.
El objetivo de Montemayor al entregarse a la justicia norteamericana era para desactivar la supuesta persecución política en su contra, llevando al terreno judicial la acusación que le hacía el gobierno de Vicente Fox, buscando el arbitraje de la justicia estadounidense y aprovechando el sometimiento lacayuno de Fox con el gobierno de George W. Bush.
Estaba cerca el fin de la “administración” municipal de Óscar Pimentel González, y los resultados eran contundentes. Pimentel saldría de la Presidencia Municipal como un Alcalde corrupto, incapaz y traicionero. Se había despachado con la cuchara grande. Ya para entonces, Pimentel era considerado un fracaso.
Pero Pimentel, ya planeaba el asalto a la próxima dependencia que EMM pondría a su encargo, La Secretaría de Educación Pública. Y es que Pimentel tenía a su favor la recomendación de la dirigente del SNTE, Elba Esther Gordillo, quien once años después fue encarcelada por los delitos de defraudación fiscal, lavado de dinero y delincuencia organizada.
Texto elaborado por José Guadalupe Robledo Guerrero.
Autorizado por su autor.