Arranca la pelea por Monterrey: MC y el PRI se disputan operadores de territorio y ya está en juego la sucesión de Samuel
La elección definirá la polarización que ha dominado los tres primeros años de MC en la entidad.
Mariana Rodríguez, al inicio de su campaña en Monterrey.
Tanto en el campamento de Mariana Rodríguez como en el de Adrián De la Garza, que arrancaron en la madrugada sus campañas para gobernar Monterrey, hay claridad sobre el discurso, la estrategia de aire y el público al que le quieren hablar. La disputa más determinante está ahora en los operadores territoriales y en las estrategias de promoción y defensa del voto.
En MC, por ejemplo, dicen que la estructuras del tricolor no tienen los recursos económicos de la campaña pasada y que hay incluso casos concretos de ex allegados al PRI que ahora juegan para las tropas naranjas. Ponen de muestra las zonas del centro y el norte de la ciudad.
Otro comentario recurrente cerca de la candidata es que, a partir de la buena sintonía con Morena, los operadores de los programas sociales federales en Monterrey van a trabajar para la campaña de Mariana. También creen que hay panistas que acompañarán el proyecto. Se reveló que Fernando Larrazabal está cerca del War Room naranja.
Cerca de De la Garza señalan que el PRI tiene intacto su despliegue territorial y que hay más incentivos para jugar a fondo en campaña porque Luis Donaldo Colosio desmanteló programas sociales que él instauró como alcalde y que si ahora, ante un eventual triunfo del PRI, regresan, los operadores de tierra serán los elegidos para luego llevar adelante su implementación.
También advierten la inercia federal. Monterrey es una de las grandes ciudades donde Xóchitl Gálvez tiene la meta de ganar y de ahí los encuentros de los días pasados con la hija de la candidata presidencial. Unir ese proyecto nacional al candidato alcalde también esperan que pese en la tracción territorial.
Con la elección de Monterrey lo que en realidad ya se discute es la perdurabilidad del proyecto político del gobernador Samuel García. Si Mariana gana la elección se convierte en una candidata inicial a suceder al mandatario estatal. Lo mismo sucede con De la Garza. Si recupera la alcaldía para el PRI (que ya no gobierna casi metrópolis importantes en México), nadie le podrá discutir su candidatura a gobernador y Nuevo León se convertirá en un eje de gravedad para el partido a nivel nacional.
Por eso la que viene es una elección de altísima intensidad y de final incierto ya que las encuestas no arrojan un destino claro.