
Pemex: accidentes y falta de confianza en modelo de negocio complican nuevas colocaciones
El mercado descarta que pueda haber una recuperación de sus títulos, lo que encarecerá su pago de deuda. El derrame en Campeche.

El plan de Pemex de emitir bonos para pagar sus deudas se complica cada vez más. Tras la baja de calificación de Fitch, el mercado no ve señales de que la petrolera pueda disminuir la percepción de riesgo que persiste en el mercado sobre ella y, con ello, encontrará condiciones más difíciles para salir al mercado.
El pasado viernes la agencia calificadora Ficth Ratings hundió aún más la nota en el grado especulativo y dejó abierta la opción de reducirla aún más en los próximos 90 días. El efecto fue la caída de sus bonos en el mercado de deuda, aunque rápidamente recuperaron los niveles previos, que ya reflejan un “castigo” del mercado.
“Los niveles en que cotiza Pemex ya reflejan la calificación de Moody’s y Fitch (que bajaron la nota desde 2020). El mercado estaba digiriendo la última noticia, pero ya se cerró el impacto”, explicó Ramsé Gutiérrez, senior vice President y co-director de Inversiones en Franklin Templeton México.
Tras baja nota, los bonos de Pemex se desploman y crece la presión para el próximo sexenio
Para exponerlo de manera más gráfica, el especialista recordó que la petrolera que dirige Octavio Romero Oropeza actualmente paga cinco veces más la prima de riesgo que paga el soberano, un diferencial que se disparó en los últimos tres años.
Para la petrolera mexicana se trata de una dificultad más para hacer frente a sus compromisos de deuda más inmediatos, que para este año rondan los 24 mil millones de dólares. Y esque si bien la empresa sigue analizando alguna vía de apoyo del gobierno federal, también requerirá colocar bonos en el mercado; pero ante la alta percepción de riesgo, es posible que requiera ofrecer una mayor tasa de interés para resultar atractiva.
El experto del sector, David Rosales, coincide con Guitérrez en que no hay expectativa de que los bonos puedan recuperarse en el corto o mediano plazo. “No hay de dónde agarrarse”, considera.
Para el experto de Franklin Templeton, la recuperación de la firma dependerá de la evolución de la empresa. En ese sentido, hizo énfasis en la repercusión que está teniendo en el mercado algunas noticas sobre accidentes y retos para lograr sus metas medioambientales.
“Ahora se está hablando de un derrame que tuvieron y no se ha atenido. Ese tipo de noticias afecta el mood de los inversionistas, sobre todo los que quieren invertir en términos de responsabilidad social y gobernanza. Es parte de lo que te explica el diferencial tan grande (entre Pemex y el soberano)”, dijo.

Esta mañana de martes se difundió la denuncia de un derrame de crudo en la Sonda de Campeche, muy cerca de donde se presentó el incendio en la plataforma de gas Nohoch-A, el pasado 7 de julio. De acuerdo con la imagen satelital, se trata de una mancha de crudo que abarcó una superficie de aproximadamente 400 kilómetros. Al momento, Pemex no se ha pronunciado al respecto.
Vale recordar que la nota en la calificación de Fitch, cuatro escalones en el grado especulativo (los llamados bonos basura), puso bajo la lupa temas medioambientales y accidentes que han puesto en riesgo a trabajadores, factores que se suman a la falta de credibilidad del modelo de negocios de la petrolera, lo cual se señaló desde hace tres años.
“El costo de financiar Pemex se ha vuelto más caro respecto hace diez años y el mercado sabe el riesgo de que todavía pueda venir una baja más. También preocupa la falta de capacidad para pagar a proveedores”, agregó Gutiérrez.
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Por su parte, Mario Correa, economista del IMEF, señaló que “la falta de cumplimiento con una agenda ESG le complica (a Pemex) salir a los mercados porque cada día hay más conciencia entre inversionistas de invertir en este tipo de empresas con estas prácticas. Sí creo que es algo que los puede limitar”.
Aunque los expertos consultados también resaltaron que, a pesar de un esceanario más retador, el apetito del mercado se matiene ante la confianza de que el gobierno federal saldrá a su rescate; una ruta que tampoco es muy clara. Además, mientras más se aproxima el 2024, crece la interrogante si el próximo gobierno estará dispuesto a asumir la carga financiera de Pemex.