
Aún falta mucho trabajo para erradicar obesidad infantil
Carencia de hábitos saludables desde el hogar dificulta los esfuerzos enfocados a combatir el problema

A pesar de la prevalencia de sobrepeso y obesidad infantil en Coahuila, la mayor parte de la población carece de hábitos alimenticios que fomenten la salud y la nutrición.
Según información de la Secretaría de Salud, en los últimos años en Coahuila, se han logrado perder 25 mil kilos en diferentes programas dirigidos a toda la población. Entre las estrategias se incluye un programa que considera la erradicación de comida chatarra dentro y fuera de los planteles.
Lo anterior lo informó el secretario de Salud, Roberto Bernal Gómez, y agregó que en Coahuila, el 32.4% de los niños y adolescentes de entre los 5 y los 11 años de edad tienen sobrepeso y obesidad, según los resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición del 2018.
De este porcentaje, el 16.1 padece sobrepeso y el 16.3% obesidad.
ACCESO A LA SALUD
Uno de los obstáculos para combatir este problema radica en las costumbres y la falta de educación nutricional en los hogares, lo que conduce a que los niños no tengan acceso a una alimentación saludable.
El secretario de salud, Roberto Bernal Gómez informó que como parte de esta estrategia para reducir los índices de obesidad, se giraron instrucciones para retirar también a los vendedores ambulantes del exterior de las escuelas.
Es posible observar en algunos planteles que hay vendedores ocasionales de paletas heladas, y solo algunas veces acuden comerciantes de dulces y frituras.
“Las recomendaciones se llevaron a la Cámara de Diputados y tenemos un programa masivo de educación por Internet para los maestros y padres de familia donde se les dice cuál es la comida que deben comer, el ejercicio que deben realizar además las medidas generales para cuidar esto”, indicó Bernal.
Dijo que a través del área de Regulación Sanitaria se controla lo que se vende en las cooperativas de las escuelas, sin embargo puede haber algunas situaciones que se salgan de los lineamientos.
REDUCEN OFERTA CHATARRA
Dentro de este proyecto, a través de oficios se pidió a los vendedores de las tienditas en escuelas de educación básica, reducir la oferta de comidas y productos chatarra, que dejaran de vender galletas, pan, refrescos, frituras y golosinas, lo que se cumplió en mayor medida.
Rosa María García, subdirectora de la primaria federal Estela Barragán de la Fuente, ubicada en la colonia Saltillo 2000, señala que las medidas se tomaron a raíz de la falta de actividad física de los niños durante el encierro de la pandemia y el subsecuente aumento en los índices de obesidad.
“Los productos que se ofrecen en las tienditas cambiaron por taquitos, gorditas con guisos, palomitas, yogur, frutas, además de jugos y aguas”.
En algunos casos, prevalecen las bebidas azucaradas, pero los encargados de las tienditas escolares aseguran que las presentaciones y tamaños van de acuerdo con lo que solicitan las autoridades.
También se observó que se venden papas deshidratadas y algunas frituras a granel, pero ya no son los productos ultraprocesados de marcas conocidas.
Se encontró que en la escuela federal Doctor Belisario Domínguez, de la colonia Río Bravo, venden cuernitos de jamón con queso, taquitos de frijoles con chorizo, tostadas de frijoles con lechuga, tomate y queso panela, sándwiches, botellas de agua, jugos y frutas como naranjas y manzanas, aunque en en celebraciones especiales por días festivos incluyen nachos, papas preparadas y gansitos.
EL GRAN RETO
El intento por mejorar la alimentación de los niños y adolescentes enfrenta un gran reto que debe combatirse desde casa, pues en su mayoría, los hábitos no son los más saludables.
A la hora del recreo, cuando los niños salen a descansar y tomar su lonche, es la hora en que se pone en evidencia que aún falta mucho por cambiar, expresaron algunos maestros.
Allí, los docentes detectan que aún cuando la mayoría de los niños llevan taquitos de diferentes guisos o un sándwich, otros llevan productos que no son recomendables para su alimentación, mucho menos para un almuerzo.
Comparten que aún son muchos los estudiantes que almuerzan frituras picantes acompañadas de un refresco, o bien, galletas con jugos industrializados.
ALUMNOS CON DIABETES
En algunas escuelas, profesores que pidieron no ser identificados para evitar alguna situación con los padres de familia, señalan que tienen estudiantes que padecen diabetes, y no cuidan su alimentación.
“A veces los estudiantes tienen malestar debido a su condición de diabetes, por lo que hay que llamar a los padres para que los recojan, sin embargo, los cuidados en su alimentación no son los más saludables”, explican.
“Vienen los padres y se los llevan, pero al siguiente día, durante el recreo, encontramos al alumno con diabetes comiendo pastelillos, galletas, dulces con un refresco y allí, ya no podemos hacer nada, porque los padres se los autorizan”, indican.
SIN DINERO, NI LONCHE
Por otra parte, algunos docentes comentaron que hay niños que se sienten mal durante sus horarios de clases porque no llevan lonche, no traen dinero para comprar en las tienditas, y tampoco desayunaron.
La preocupación de los profesores por sus alumnos hace que inviertan parte de su sueldo en brindarle un alimento a los alumnos, ya que ellos pagan lo que las tienditas le fían a los estudiantes para que puedan desayunar.
“Cada día tenemos alrededor de cuatro o cinco niños en esta situación. Terminamos pagando unas ‘cuentotas’, pero no podemos dejar a los niños sin comer”, dice una docente.
PADRES RESPONSABLES
La mayoría de estudiantes de educación básica acuden a su escuela con lonche, generalmente son taquitos de harina con huevo o algún otro guiso, o un sándwich acompañado de un refresco o agua de frutas.
Otras madres envían en la lonchera barras de granola, taquitos y una fruta, acompañados de agua de frutas.
Beatriz Fernández, madre de Gerardo Morales, menciona que los lonches que le pone a su hijo consisten en una barrita, una fruta, que puede ser manzana o plátano, yogurt y taquitos de huevo.
“Normalmente trato de incluir fibra o alguna barrita integral, son cosas saludables, y los jugos o el yogurt no tiene que ser grande”, indicó.
Gerardo estudia en la Secundaria Técnica número 4, pero su madre afirma que desde que cursaba kínder y primaria, acostumbraban este tipo de lonche.
“Yo vi un documental sobre alimentación sana, y así nos acostumbramos a estos hábitos”, indicó.
Agregó que lo mismo aplica en su casa, pues pocas veces se consumen frituras, porque en su lugar, cuando ven alguna película prefieren palomitas o frutas, buscando de esa forma mantener la alimentación saludable.